Una crisis de la imaginación.

La crisis que nos atraviesa es, ante todo, una crisis de la imaginación. Vivimos un presente perpetuo, un flujo constante de información diseñada para abrumarnos. Una atrocidad tras otra se superponen en nuestras pantallas y parece ser que se nos ha acabado el tiempo, que no hay mucho por hacer. Nos hemos convencido de que un mundo mejor es solo una versión menos brutal de este. Que lo que existe es así porque algo mejor es imposible. O que lo que queremos es una utopía y que entonces no vale la pena nombrarla. Seguimos destruyendo a la red de vida que nos sostiene y los sistemas que construimos para organizarnos se resquebrajan y revelan caras cada vez más siniestras. 

Para despertar de esta pesadilla hace falta recordar que no solo somos personajes en el sueño sino que somos quienes lo sueñan. Debemos ser capaces de imaginar otros mundos, otras ecologías, otros futuros. Otros_ es un recipiente para eso. Aquí caben todas las ideas y las prácticas que apuntan a un mundo radicalmente mejor. 

Pero este espacio no es una flama en el desierto esperando a que arda la pradera. No se trata de cruzar los brazos y esperar a tiempos mejores, sino de describir cómo se ven esos tiempos mejores y trazar los pasos para caminar hacia ellos. La crítica del sistema actual no es suficiente, no necesitamos que el hombre del clima nos diga hacia dónde sopla el viento. Lo que queremos es sembrar las grietas, apuntar a los lugares fértiles en los que ya existen otras formas de habitar el mundo, de soñarlo y ponerlas en acción.

Las pistas están desperdigadas por todos lados. En el pasado y en otras formas de interpretarlo podemos ver que este camino que tomamos es solo uno de millones de posibilidades. Y que cosas que vemos como grandes poderes establecidos son solamente el espejismo de un vuelco reciente. En el presente y en quienes ya se organizan de tantas formas distintas para trabajar y construir con sus vecinas podemos ver que es posible ir contracorriente. En Otros_ queremos juntar estas pistas, hilar las historias que nos permiten ampliar el sueño y ponerlas aquí. Dejemos de lado las falsas soluciones y el catastrofismo, y atrevámonos a describir, retratar e idear un mundo en el que realmente se pueda vivir.